Lucas y el dedeté: desclasificando al chivo
CUANDO hablo del chivo me refiero a
Lucas, y cuando hablo de Lucas tengo
que recordar que esta noche se celebrarán,
por todo lo alto, sus primeros 20
años.
Si hablamos de Lucas, lo hacemos
del videoclip cubano y, por ende, de Orlando
Cruzata, ese viejo amigo (él sí tiene
más de 20 años) con el que he compartido
muchas cosas (nada indecoroso),
incluso nuestra bella, espectacular
y eficiente asistente de dirección Yanelys,
que funge para ambos proyectos:
Lucas y Béisbol de siempre.
Hoy, algunos años después, y tomando
en cuenta que ya Lucas y el protagonista
de esta anécdota han cumplido
la mayoría de edad, profesionalmente
hablando, he decidido contar la verdadera
historia del talentoso Joseph
Ross. Una historia muy ligada al dedeté,
por ello asumo esta licencia, y porque
tarde o temprano, por Wikipedia, o por
WikiLeaks, se sabrá toda la verdad.
Corrían los difíciles y escasos años 90
(estuvieron tan escasos que aquella
década solo tuvo seis años) cuando el
joven Joseph, apenas un niño, apareció
por el dedeté. Desde entonces tenía un
sorprendente talento para su edad y para
otras cosas... como el dibujo. Aunque no
había madurado su línea, mostraba una
obra con trazos definidos y buenas ideas.
Como antes dije, eran tiempos en que
no había ni dónde amarrar la chiva, incluso
no había chiva para amarrar. La destacada
labor del bisoño alarmó a la plantilla del
dedeté: ¿quién se quedará afuera? Porque
es evidente que el chama va a tumbarle la
plaza a alguien. Laz apuntó certero: «Será a
JAPE, que ni dibuja ni hace nada».
Este planteamiento no pasó inadvertido
para mí, que en esa misma noche rapté
a Joseph, lo eché en un cartucho
(recuerden que era casi un niño), y sin
saber qué hacer con él, se lo llevé a mi
amigo Orlando, hombre cabal e ilustrado,
que vivía en la calle Zanja, entre el dragón
y la espada.
En realidad, entre Espada y
Dragones hay como un kilómetro de Zanja,
pero así eran las direcciones de aquella
época. Orlando estaba editando (casi
siempre está editando) y sin prestar
mucha atención atendió a mi petición:
«Encárgate del niño, te servirá al menos
para cargar los 40 o 50 betacam que tú
llevas diariamente». De regreso, cacé un
jabalí, le arranqué el corazón y se lo mostré
a los colegas del dedeté como muestra
de la muerte del joven.
Con el paso del tiempo, el talento
del muchacho, la asesoría del maestro
Orlando Cruzata y la fuerza del Jedi;
Joseph Rosado se convirtió en Joseph
Ross, el de los videos, uno de los más
premiados realizadores cubanos. Si
alguien tiene duda de esta historia que
mire fijamente a Joseph y verá en su
rostro la imagen de un híbrido entre
Lucas y Cruzata. Muestra de que los
genios coinciden.
Con esta historia desclasificada,
dedeté quiere felicitar el importante proyecto
que ha sido Lucas para el videoclip
y la cultura cubanos. También queremos
desearle muchos éxitos a ese par de
amigos tan ligados a nuestras páginas
que son los realizadores Orlando Cruzata
y Joseph Ross. ¡Felicidades Lucas y larga
vida al videoclip hecho en Cuba!