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Nuevamente, el humor gráfico cubano conmemora un aniversario significativo; en esta ocasión, el distinguido es Francisco Pascasio Blanco Ávila, quien arribaría hoy a los noventa y cinco años.

Sobre Blanco/Blanquito hemos publicado diversos trabajos con anterioridad; sin embargo, para este homenaje (mi pobre homenaje) a él, me sirvo de un texto que le dedicara su colega, amigo, hermano Manuel Pérez Alfaro (Manolo Pérez, así le decíamos demanera común). Son las palabras al catálogo de la muestra «80 DANDO EN EL BLANCO» por las ocho décadas del veterano caricaturista; de ellas tomo fragmentos.

«Este creador ha llevado su profesionalismo y creación como periodista, como artista gráfico, a lo largo de su vida incursionando en la obra documental, biográfica, de divulgación social y de la actualidad noticiosa y política, de la parodia, del necesario humorismo para ampliar el alcance del mensaje gráfico literario.

Uno de los retos que se impuso está en esa historieta de ¡AY, VECINO!, en que se somete a la restricción de dos personajes y a un escenario único. Sin embargo, lo cuenta todo. Porque Blanco es además un excelente guionista&

»Reconocimientos ha tenido. Premios nacionales e internacionales, órdenes culturales y el más significativo, el de sus alumnos en los talleres de historieta donde ha volcado su experiencia y dedicación para contribuir a formar nuevos artistas de la narrativa gráfica. Planes futuros también tiene porque es un eterno inconforme (una prueba es su blog digital con siete trabajos cada quince días) porque Blanco está colimando de nuevo para no creer en el FIN de cada trabajo, sino en el CONTINUARÁ».

Y, ciertamente, la obra de Blanquito continuará, también él. Cuando el quehacer es vasto y revelador, cuando se ha dedicado toda la vida a un gran propósito, no hay fin.