De París a La Habana
No hay manera de abordar otro tema que no sean las Olimpiadas que ya se efectúan en París desde el pasado 26 de julio, incluso desde antes, pues algunas disciplinas, como el fútbol y el rugby han comenzado su competencia desde el día 24.
Las reseñas provenientes de la fiesta universal del deporte acaparan todos los espacios noticiosos y entre tantas novedades, números y exaltaciones de atletas, se comentan algunas curiosidades que me han hecho pensar que quizá podamos hacer nuestras propias olimpiadas, a lo cubano, sin esperar a que el Comité Olímpico Internacional lo apruebe.
Ya es sabido que en varias ocasiones hemos solicitado inscriban a La Habana como ciudad aspirante a la sede de los Juegos Olímpicos. La última vez fue en 2012, cuando aún ni siquiera imaginábamos las condiciones socioeconómicas que tendríamos que atravesar por las disímiles causas ya conocidas.
Cuando hablo de realizar nuestras propias olimpiadas por supuesto no me refiero a optar nuevamente por la sede, y ni siquiera a tratar de organizar unos juegos de tal magnitud por nuestra cuenta. Me refiero a la posibilidad de convocar encuentros entre barrios, consejos populares y municipios, a partir de algunas variantes que se han sumado a las olimpiadas parisinas y que han sido tomadas con cierto beneplácito por la mirada internacional.
Entre las «disciplinas» debutantes en París 2024 está el bailable, en su modalidad de breaking. La competición en este «deporte» constará de dos pruebas: masculina y femenina, en las que 16 break dance-boys y 16 break dance-girls (chicos y chicas bailadores) se enfrentarán en batallas individuales.
De más está decir que somos un país musical y danzario, donde esta competencia no tendría ningún problema en convocarse, incluso de manera masiva. Tendríamos una extensa lista de concursantes en diversas modalidades, desde los más legendarios y clásicos, como el son, danzón, mambo, chachachá& (casi olvidadas), pasando por otros bailes populares como casino, rumba, guaguancó& y llegando a la guinda del pastel, muy difundido en estos tiempos, conocidos como el guachineo y el perreo. En estos últimos somos imbatibles ya que se inculcan en nuestros niños desde edades tempranas, en los círculos infantiles, escuelas primarias y en el seno familiar.
Bajo los cinco aros franceses también se han introducido tres nuevas pruebas mixtas: el relevo mixto 35 km de marcha, la prueba mixta por equipos de skeet en tiro y la prueba mixta dinghy de vela. El skeet y la vela lo descartamos por lo costoso de los implementos, pero la marcha mixta de relevo podríamos valorarla con un incentivo adicional como respuesta a los problemas del transporte. Esta sería una competencia que podríamos promover con el eslogan: ¡Hasta Santiago a pie!
Estos son solo ejemplos. Por supuesto que hay otras disciplinas que podemos convocar desde nuestros modestos esfuerzos y con la colaboración de cientos de voluntarios como ocurre en estos magnos eventos en todo el mundo. Quizá la entrega de premios sea un problema para algunos, pero les recuerdo que en Atenas 1896 no se entregaron medallas de oro por su alto costo. Solo se entregaron medallas de plata para el primer lugar, bronce para el segundo, y un diploma para el tercero. Bien podríamos resolver con la tercera variante en la cual ya tenemos muchos años de experiencia.
Solo me preocupa una cosa que tendría que ocurrir en nuestras «olimpiadas habaneras» para estar a la altura del suceso que acontece por estos días en la Ciudad de la Luz (no debí mencionar este epíteto); pero volviendo al tema: La alcaldesa de París, Anne Hidalgo y la ministra de deportes francesa Amélie Oudéa-Castera, se bañaron en las aguas del río Sena para demostrar que el agua del río está limpia y preparada para acoger las pruebas olímpicas. Mi pregunta es: ¿Quién se lanzará a las aguas del río Almendares?