Primera Bienal Internacional de Humor Político en Cuba.
En conferencia de prensa efectuada hoy en esta capital, los organizadores informaron que participarán 46 artistas de más de una veintena de países, entre ellos caricaturistas, ilustradores y otros creadores.
La cita está dedicada a explorar el impacto de la globalización y los fenómenos que ella implica desde la óptica del humor político y a denunciar el resurgimiento del fascismo en el mundo actual.
El evento, organizado por el Consejo Nacional de Artes Plásticas y el Ministerio de Cultura, contará con exposiciones gráficas, conversatorios, talleres y proyecciones en cines capitalinos.
El programa contempla además una exposición colectiva sobre Fidel Castro, conciertos, guateques contra el neofascismo, presentaciones teatrales y propuestas editoriales.
El Museo del Humor de San Antonio de los Baños abrirá el Salón Nacional de Humorismo y Sátira.
La Bienal entregará un Premio de Honor y otros primero, segundo y tercer premios.
Se conformó un jurado internacional de rigor, guiado por el artista cubano Arístides Hernández (ARES) y los colegas Iván Lira, de Venezuela, así como Arturo Kemchs, de México.
Se imbricaron todas las instituciones cubanas en las distintas manifestaciones artísticas, convocado por el Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y La Jiribilla.
Cuba tiene una larga tradición de humor político, en esta ocasión se suman 66 Ilustradores, caricaturistas y humoristas de 24 países con un total de 225 obras de humor gráfico.
La muestra central del evento será en la Galería 23 y 12 con una exposición colectiva, acompañado de un variado programa donde se realizarán proyecciones en los cines 23 y 12, Riviera, Yara, La Rampa y la Sala Tito Junco; conciertos, exposiciones, obras teatrales, encuentros, conversatorios, guateques y presentaciones de libros.
La Bienal pretende acercar el fenómeno del neofascismo a partir de códigos de dominio popular presentes en el humor gráfico y sus potencialidades, a un público muy diverso. Como forma de contribuir desde la cultura a la toma de conciencia y alertar sobre el peligro que significa el neofascismo para la humanidad.