dedeté

Si introduce en algún buscador de internet solo el apellido, tal como firma sus textos: Teijeiro, lo más seguro es que salga en primera opción el nombre de un reconocido poeta español, Antonio García Teijeiro, pero si simplemente escribe: Jorge Tomás Teijeiro Quintero, tendrá la oportunidad de conocer a uno de los más importantes escritores de humor literario que por muchos años colaboró con las páginas del dedeté, entre otros muchos espacios.

Siempre leía sus textos en diversas publicaciones y se me enredaba la lengua al tratar de decir su apellido. Años después tuvimos breves encuentros en algún que otro aniversario de nuestro suplemento, que celebramos en Juventud Rebelde. Realmente consolidamos la amistad cuando coincidimos en uno de los encuentros o peñas que nuestra querida amiga Laidi Fernández de Juan realizaba en el centro cultural Dulce María Loynaz, algo de lo que algún día hablaremos por su valor cultural e importancia histórico-social, desde mi modesta opinión.

Lo cierto es que aquella memorable tarde, junto a Félix Mondéjar Pérez (F. Mond), conocí con mayor profundidad a este jovial hombre de trayectoria casi desconocida a pesar de que su obra es vasta y deliciosamente simpática.

Daré algunos elementos para argumentar mi apreciación, pero ya saben que mi mayor intención es que se sientan atraídos y busquen, lean, estudien la obra de este gran amigo de todas las generaciones de caricaturistas del patio y de la literatura cubana.

Nacido en Marianao, el 3 de noviembre de 1939, se graduó en la Escuela Profesional de Comercio de La Habana como contador en 1960 y transitó por múltiples cargos técnicos y de dirección hasta llegar a convertirse en Especialista A en Ciencias Informáticas.

Desde niño su vida transcurrió vinculada con el arte en su municipio natal, donde se destacó en grupos de teatro y talleres literarios.

En marzo de 2003 comenzó a dirigir un encuentro cultural al que nombró: Tertulia de Teijeiro, con sede en la biblioteca Enrique José Varona, espacio que ganó rápidamente popularidad y que se mantuvo activo por muchos años. Para él fue importante la experiencia luego de colaborar asiduamente con varias publicaciones como Palante, Opina, Bohemia, Mar y Pesca, Tribuna de La Habana y el mencionado dedeté. Su valioso trabajo le ha permitido ser jurado de la Bienal de San Antonio de los Baños y de muchos otros certámenes.

Entre sus libros sobresalen algunos títulos: El lápiz tiene su punta, editado por Letras Cubanas en 1982, y Con el cuento y la jarana, de la misma editorial, en 1986. Realizó, además, estudios e investigaciones dedicadas a profundizar en el humor cubano. Algunos de estos trabajos están recogidos en el libro La telaraña, estudios de humor cubano.

Teijeiro también se desempeñó como traductor en la editora José Martí, y realizó un volumen que contenía parte importante del epistolario martiano, concebido para el evento internacional por el Aniversario 50 de la Banca Central.

Interminable sería la lista de premios y menciones obtenidos por su narrativa y poesía; así como los reconocimientos, medallas y distinciones que ha recibido a lo largo de su fructífera vida.

Es Teijeiro un hombre laborioso, modesto, que ama su terruño. Quizá por ello siente gran orgullo de que las autoridades de su municipio lo han declarado Hijo Ilustre de Marianao. Eventualmente habla por teléfono con alguno de nosotros, sobre todo con Adán, quien en nombre del dedeté le transmite un cordial saludo, y sobre todo, nuestro eterno agradecimiento.