¿Pelota con la camiseta de Messi?
«Al team que tiene ahora la universidad, solo se le gana de casualidad».
Estrofa del canto deportivo de los antiguos Juegos Caribe, de la Universidad de La Habana
«ESTIMADO Jape, he retomado nuevamente
los ejercicios físicos para tratar de deshacerme
de algunas libritas de más que se
han empeñado en acompañarme en mi
casi sedentaria vida. Al regresar al Juan
Abrantes, el viejo Estadio de la Universidad,
mi mayor sorpresa fue cuando dirigí la mirada
al centro del óvalo que marca la pista:
¡Ya no existe el terreno de pelota que antes
relucía en esa área! Ahora todo es un inmenso
campo de fútbol. Primero desapareció
el pequeño terreno de softbol, junto a
las canchas, y ahora se borra completamente
el cuadro con el diamante y el home
plate. Si la Universidad también ha decidido
virarle la espalda al béisbol, ¿qué nos espera?
¿Definitivamente no habrá más pelota?».
Querido amigo Floro, considero que has
sido un poco rimbombante y exagerado en tu
planteamiento. No podemos afirmar categóricamente
que se haya decidido no jugar
más pelota en los predios de la casa de altos
estudios. Yo también asistí recientemente al
histórico centro deportivo con la misma intención
que tú: la de bajar unas libritas. No cabe
dudas de que correr junto a tantas jóvenes
bellas y algunos muchachones, si no es un
ejercicio eficaz, al menos te sube la autoestima
y las ganas de vivir; incluso te dan deseos
de divorciarte& pero no hay que llegar a los
extremos.
Al igual que tú, me percaté de la ausencia
del terreno de pelota y de otras áreas cuya
precariedad se suma al deterioro de toda
la excelsa edificación. Sé que dicha reparación
sería muy costosa, y los tiempos peliagudos
no permiten ni soñarlo; pero debe
haber prioridades. Estamos hablando, amigo
Floro, de uno de los mejores terrenos de
pelota de Cuba hasta los años 60. El que
mejor drenaje tenía. En la cuarta década del
pasado siglo, al entonces llamado Stadium
Caribe, por los Juegos Caribe universitarios,
quisieron convertirlo en el estadio del béisbol
profesional cubano. Ante la negativa de
la dirección de la Colina, y por otras circunstancias,
se construyó entonces el Gran
Stadium del Cerro, actual Latinoamericano,
próximo a cumplir 70 años.
Mi amigo Ismael Sené, que vivió toda
esa etapa, me comenta además que durante
mucho tiempo este fue el terreno de la
Unión Atlética de la Liga Nacional Amateur
de Béisbol Cubano. Allí el corpulento pitcher
reglano Wilfredo Roca, alias «Cacatúa», bateó
uno de los jonrones más largos de que
se tenga noticia: ¡la puso de aire en la loma
del Calixto, por el jardín derecho! Sené me
asegura que este estadio fue la cuna de los
más importantes eventos deportivos y políticos
de la época, y fue el lugar donde por
vez primera vio, a solo unos pasos, al líder
estudiantil José Antonio Echeverría.
Volviendo a la actualidad, es cierto que
nuestro deporte nacional cada vez está en
mayor desventaja. No pocos terrenos de
pelota han desaparecido de las instalaciones
deportivas. No debemos volver a la génesis,
cuando en 1898 el coronel Maciá jugaba
pelota en la manigua mambisa. Quizá
en tiempos futuros, practicar este deporte
sea una acción clandestina y de voz en voz
se pase la alerta: «Este domingo se juega en
Guanabacoa». ¿Llegará el momento en que
al igual que hacen los alumnos de las diferentes
graduaciones, tengamos que hacer
un llamado a los fanáticos del béisbol que
han sobrevivido, para vernos en algún sitio
en los alrededores de la Ciudad Deportiva?
Hace apenas unos días se retiró oficialmente
el villaclareño Ariel Pestano, uno de
los grandes receptores del tricolor equipo
nacional. Tal parece que ellos se van llevando
el último aliento. Yo por lo pronto seguiré
haciendo ejercicios y compraré una camiseta
de Lionel Messi o de Cristiano Ronaldo,
para no alejarme demasiado de la moda. No
obstante, dejaré el guante y el bate cerca
porque, a pesar de los pesares, presiento
que definitivamente sí habrá pelota.