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24 de abril de 2024 04:51:20 | Edición impresa | Síguenos en: rss

La Columna

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Los Parques

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Parque...por qué Foto: Adán Iglesias

Por Jorge Alberto Piñero (JAPE)

Los parques

por JAPE

Los parques son como los álbumes donde la humanidad inmortaliza parte de sus mejores momentos. ¿Quién no guarda con cariño alguna foto hecha en un parque, junto a un árbol, con un amor, con amigos, con simpáticas mascotas?

Mi infancia se desarrolló entre dos parques. En uno había un carrito de remolque con una pipa en el que vendían malta a granel a 15 centavos el vaso. En el otro había una hermosa fuente, con disímiles chorritos de agua y hasta con peses de colores. No, yo no nací en el extranjero. Estoy hablando de Centro Habana. Sé que es difícil de creer, pero así fue, y no hace muchos años.

Mis más entrañables cicatrices en las rodillas, me recuerdan aquellos juegos de los escondidos, el «cogío», el capitán cebollita& y el silbato del guarda parques, evitando que maltratáramos las áreas verdes y cuidando de que no nos diéramos un golpe lamentable.

El césped y las flores eran de lujo y el jardinero muy celoso. Recuerdo que un día, en temporada de exámenes, se presentó en el aula trayendo de la mano a Verónica. «Esta niña todos los días arranca una flor», le dijo a la profesora. Mi romántica amiga confesó: «Es que traer una flor del parque, antes de la prueba, me da buena suerte». Hermoso fetiche. Ahora le sería más práctico recoger un platanito y una tirita roja. Incluso una cabeza de chivo o de cerdo, sobre todo si el examen es de física o matemática. Particularmente en las pruebas de ingreso. Tengo un amigo que dice que se llaman así porque «ingresan» a cualquiera.

Volviendo a los parques. Esta llamada área común del vecindario puede ser un fiel cronista de las vivencias del barrio. Muchos de mi generación dimos nuestro primer beso solapado en un parque. Y allí dijimos muchas palabras de amor que se repetían una y otra vez según la novia que ocupara el banco a tu lado. Los parques suelen ser muy reservados. ¿De cuántas infidelidades amorosas han sido testigos y nunca nadie se enteró? Al menos, no los afectados.

Es un lugar ideal para las citas: «Nos vemos en el parque tal o más cual». Al igual que las calles, muchos parques conservan sus nombres originales a pesar de que acunen algún busto o estatua que posteriormente le hayan ubicado en homenaje a dicho prócer. Algunos son famosos y se convierten en sello distintivo de la ciudad. De solo mencionarlos ya sabemos de qué lugar se trata: Parque de la Fraternidad, La Habana; Parque de la Libertad, Matanzas; Parque Vidal, Villa Clara; Parque Serafín Sánchez, Holguín; Parque Céspedes, Santiago&

También han sido reflejo del momento socio económico que atraviesa el país. Cuando se despenalizó la divisa y se crearon los contenedores de venta de comida y bebidas, muchos de estos artefactos cambiaron la utilidad de algunos parques. Del área de esparcimiento e intercambio amigable se convirtieron en «atractivas» áreas de alcoholismo y especulación.

Las carencias no permiten mantener activo al viejo guarda parques, al jardinero y por ende se ha perdido un poco la disciplina y los hermosos jardines. La poda de los árboles es muy esporádica. Por suerte, sus frondosas copas han favorecido la creciente población de pájaros que se han adueñado de estos espacios durante el día, y por la noche& también.

Mucho podríamos estar hablando de los parques. Sé que cada cual tiene alguna anécdota o vivencia relacionada con este sitio que ha sido llamado «los pulmones de la ciudad». Merecido epíteto. No obstante, creo que debíamos velar un poco más por la salud de este amigable y necesario lugar antes de que todos lleguemos a padecer de una «neumonía citadina».